jueves, 18 de noviembre de 2010

Lolita o la violación del principio de contradicción




Decía Aristóteles que quien niega el principio de contradicción es semejante a una planta. Este principio dice que una cosa no puede ser y no ser lo mismo en el mismo sentido de lo mismo al mismo tiempo. Es decir, que o una cosa es o no es pero no ambas. De ahí que si se niega este principio, aparentemente tan críptico, resulta que no se puede hablar. Y no se puede porque sin un sentido de estabilidad en el ser no puede haber verdad y, por tanto, toda conversación es trivial. Una persona que lo niega es como un loco que lo mismo afirma que una piedra es, efectivamente, una piedra o un jinete del Apocalipsis.

No se trata este principio de un mero tecnicismo filosófico ya que parece que hay quien negando, afirma y quien afirmando, niega, es decir, es un loco. Estos días se ha levantado un gran debate por unas palabras no sólo lamentables sino denigrantes de Salvador Sostres sobre las menores en las que se recreaba en el placer de mantener relaciones sexuales de “17-18 años”. Rápidamente un aluvión de críticas han sepultado al que ha sido denominado en facebook “Gilipollas del año” (no sé si lo será, pero anda cerca). La progresía, por supuesto, se ha echado encima. Curioso es que lo hacen quienes consideran que las relaciones sexuales antes de la mayoría de edad son un derecho…Son los mismos que consideran que con 16 años una persona está en su derecho para abortar. Aquí llega la contradicción las mismas personas que consideran que con 16 años mantener relaciones no sólo es lícito sino hasta sano se tiran de los pelos cuando un impresentable dice que esto le gusta.

¿Lo que les molesta es la vulgaridad con que lo dice o es lo que dice? Porque si es lo que dice están incurriendo en una grave contradicción. Si las niñas, porque con 16 años no son más que niñas, están en su derecho de practicar el sexo e, incluso, para tomar una decisión tan dramática como la del aborto ¿por qué se escandalizan cuando un mayor de edad dice que esto le place y canta sus alabanza?

La cuestión es que quienes no protegen al menor, quienes fomentan en él prácticas que van contra la infancia están en última instancia jaleando la pedofilia (o paidofilia) legal y se sorprenden cuando alguien, otro desalmado, saca las últimas consecuencias de las opiniones que ellos defienden. Estos hipócritas serán arrollados por las consecuencias de un pensamiento contradictorio e irresponsable. Se harán cruces algún día, sí, pero para entonces se habrán cargado bajo las peroratas presuntamente libertarias la inocencia juvenil.

1 comentario:

  1. chico chico, qué maravilla, no entiendo la útlima frase ;-) pero lo demás es una verdad como un templo.
    aupa majo!

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