martes, 25 de enero de 2011

Democracia de película...de terror.



La verdad es que no soy fan de las películas de Álex de la Iglesia. De su última “Balada triste de trompeta” creo que sólo se puede recuperar la canción de Raphael. El resto un delirio constante en el que no hay lógica, ni concierto y cuyo argumente, desde mi humilde opinión, no se sostiene por ningún lado. En muchos aspectos grotesco. Algo mejor me parece la blasfema hasta no poder más “El día de la bestia” que, no se puede negar, es uno de los hitos del cine español de las últimas dos décadas, por desgracia, esto tampoco es decir mucho.

Sin embargo, hoy de la Iglesia no es noticia por el cine, sólo por el cine, sino que lo es por su dimisión de la presidencia de la Academia de cine. El motivo es claro, no está de acuerdo con la Ley Sinde. El director ha sido quizá una luz de coherencia y lucidez en medio de un espectáculo de absurdo, totalitarismo y travestismo. Su sector es el supuestamente favorecido por la ley, sin embargo, él desde el principio ha entendido que, aunque falta de regulación, la nueva ley no respondía a las necesidades ni de los usuarios, ni de los supuestos beneficiarios. Fue él quien se reunió con los usuarios de las descargas al margen de instancias oficiales, consciente de que la solución pasaba por un consenso por todas las partes, por un diálogo que condujera a un punto aceptable para todos los interesados.

Lástima que la clase política no haya tomado ejemplo del cineasta. Han pactado una ley de espaldas a la voz de toda la sociedad. Lo han hecho conscientes de que esta ley no solucionará nada y de que se trata de una mordaza para el mundo de Internet. Han hecho válido aquel “Todo para el pueblo pero sin el pueblo” que esgrimieran los déspotas ilustrados que consideraban que la sociedad se encontraba en una minoría de edad política. Y, en el caso del PP, lo han hecho después de un auténtico biribirloque político disparando sus "800 balas" con el “Donde dije digo…”, y haciéndolo discurso habitual (Por segunda vez en una semana, después de hacer algo similar con las pensiones de la clase política haciendo suyo un discurso que originalmente pertenecía a UPyD. ¿"Acción mutante"?). Los de la Ley Sinde-dimisión, son los mismos que ahora la hacen posible. Lo cierto es que los dos grandes partidos “nacionales” han hecho bien poco por escuchar a la “nación”…a menos que esta se encarne en la persona de Alejandro Sanz cantante mediocre, últimamente metido a mal político.

Y así quedará la cosa, Álex de la Iglesia dejará el cargo dejando un buen ejemplo de coherencia tras de sí, Alejandro Sanz compondrá pastelazos con los que vivirá cómodamente en Miami y la clase política en democracia seguirá legislando al margen de la sociedad y sin voluntad de consenso. Es el auténtico "Crimen Ferpecto" que sería como para acabar "Muertos de risa" si no fuera porque parece que los políticos parece que lo hacen "Todo por la pasta" y no tienen nada en cuenta "La comunidad". Da miedo.