martes, 6 de octubre de 2009

Berlusconi y el Estado

Ignacio Sotelo publica un artículo hoy en El País que bajo el título “La Italia de Il Cavaliere” parece atribuir la permanencia en el poder de Berlusconi a la debilidad institucional del Estado italiano. En este artículo, el politólogo, toma como referencia explicativa la historia italiana centrándose especialmente en el proceso de unificación. El artículo está plagado no sólo de algunas incoherencias históricas sino que también echa mano de tópicos ya desmentidos y contiene en sí bastantes contradicciones lógicas que acaban por hacer incomprensible la hipótesis sostenida.

En primer lugar, la leyenda negra sobre la Iglesia llega en este artículo hasta la caricatura. Es cierto, que la Iglesia se opuso desde el principio a la creación de un Estado italiano en toda la península ya que esto suponía la supresión de los Estados Pontificios. No es preciso entrar en discusiones sobre si esta solución, la de los Estados Pontificios cuyo origen se remonta a la Edad Media, tenía su lógica en pleno siglo XIX. Sin embargo, parece que Sotelo afirmar que lo “progresista” a este respecto hubiera sido que un Estado se disolviera por propia voluntad. La resistencia a la integración bajo bandera del Piamonte fue un acto de carácter retrógrado, según Sotelo. Lo cierto, es que fue el conflicto territorial (inter-estatal) la razón de la oposición de la Iglesia a la unificación y no, como él afirma, la composición ideológica del nuevo Estado. El empuje de Garibaldi y la insistencia de los Saboya fue lo que posicionó a la Iglesia. Nótese que por estas fechas, los gobiernos parlamentarios con una Monarquía constitucional, fueron reconocidos por la Iglesia en muchos otros países, como por ejemplo España. Frente a esa imagen integrista de la Iglesia la razón de su oposición fue en tanto Estado opuesto a su disolución y no por un supuesto carácter anti-progresista…que intenta mezclar con la Contrarreforma española (Por cierto que genial aquello de que la Contrarreforma supuso un estancamiento cultural y científico…quizá uno de los periodos más fructíferos de las letras españolas, por seguir con el ejemplo).

Además, es curioso que señale esta hostilidad de la Iglesia al Estado y no la contribución a la consolidación del Estado parlamentario italiano realizada por una organización creada a la luz de las enseñanzas vaticanas, aunque no dependiendo orgánicamente de la Iglesia, la Democracia Cristiana. Desde que se proclama la constitución democrática italiana en 1947 hasta su desaparición en los años noventa, la Democracia Cristiana fue el partido más votado en Italia, salvo en 1983. Fue el pilar sobre el que se apoyó la instauración del Estado democrático italiano llegando a pactar en los 70 con el Partido Comunista Italiano garantizando, así, no solo la paz social sino la pervivencia del Estado, pero eso parece que no es importante para Sotelo.

Además, otra de las razones que hacen que el Estado sea francamente débil en Italia es que su constitución constituye una rémora para el establecimiento de gobiernos fuertes que refuercen la autoridad del Estado. Y esto por dos motivos. En primer lugar, por la Ley Electoral italiana cuyo sistema de computación de escaños favorece a las minorías, con lo cual hay muchos grupos políticos representados institucionalmente. Por ello, los gobiernos italianos suelen ser fruto de coaliciones que marcan al Estado con el rasgo de la inestabilidad institucional. Además, el poder del Senado y del Parlamento italiano son parejos y no están jerarquizados por lo que un gobierno para ser fuerte necesita mayoría en ambas cámaras para poder legislar con estabilidad

Por tanto, en la argumentación histórica que hace Sotelo se deja en el tintero, precisamente, los datos más relevantes para entender la debilidad del Estado. Pero, además, su tesis en incorrecta. Según Sotelo, el triunfo de Berlusconi se debe a que el Estado italiano es débil…pero esto no explica que sea precisamente él quien gobierne Italia. La debilidad del Estado no hace que se facilite el acceso a un sujeto de dudosa calidad moral o política. Más bien, será la educación política de los propios italianos que lo han elegido libremente (de ahí la validez de la sentencia de De Maistre y el desacierto de su comparación con el franquismo). Pero si queremos ser más rigurosos en la explicación del éxito de Il Cavaliere tenemos que apuntar al carácter ideológico de su(s) partido(s). El éxito de Berlusconi reside en que ha sabido ocupar con su carisma, y su control de los medios, el arco político que garantiza la gobernabilidad en Italia, el centro derecha heredero de la Democracia Cristiana. Por si esto fuera poco, ha sabido atraerse a los potentes movimientos regionalistas como la Liga Norte garantizando, así, los votos necesarios para presidir el país.

 

Para consultar el artículo: http://www.elpais.com/articulo/internacional/Italia/Il/Cavaliere/elpepiint/20091006elpepiint_6/Tes

2 comentarios:

  1. Análisis riguroso y válido, Carlos. Me quito el sombrero.

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  2. Gracias por tu leerme y por tu comentario amigo/a. Por cierto, muy interesante tu blog, lo incorporo a la lista de blogs amigos con tu permiso.

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