La definición de “ídolo” puede ser abordada desde múltiples puntos de vista, sin embargo, si alguna tiene interés por los efectos que producen los ídolos es la psicológica. Según Freud un ídolo es una sublimación del “yo” proyectada al exterior y encarnada en otro sujeto u objeto (en cuyo caso se acerca al fetichismo) con el que se establece cierta relación se sumisión. El “ídolo” puede ser compartido colectivamente cuando varios sujetos subliman el mismo sujeto u objeto. Esta sublimación colectiva alcanza una importancia capital cuando aparece en el campo político en el que las diferentes fuerzas pugnan no sólo por la consecución del poder sino también por la creación y predominio de una weltanschaung, visión del mundo. Ya Donoso hablaba del empleo de los “héroes” como elemento ejemplificante de las diversas corrientes políticas.
El marxismo ha sido plenamente consciente de la importancia de los ídolos y de la necesidad de dominar los fetiches culturales. Quizá ha sido Gramsci el que ha hablado con una claridad más meridiana acerca de este hecho. Para el autor italiano el objetivo es la “hegemonía” en la que se mezcla un dominio no sólo del poder sino de las fuerzas sociales y culturales, es decir, las portadoras y creadoras de nuevos ídolos. Sin embargo, como es obvio no sólo el marxismo ha tenido sus ídolos, toda forma de comunión política colectiva, nacional o ideológica, tiene sus mitos.
Sin embargo, es cierto que tras el final de la II Guerra Mundial ha sido el marxismo el mayor forjador y publicitador de mitos políticos, quizá por el carácter utópico del propio marxismo necesitado de la creación de ídolos identificables con una función totémica respecto del futuro triunfo de la revolución del proletariado.
Pero hace ya años que los ídolos de la izquierda marxista o marxistizada han ido cayendo. Primero cayó el marxismo ortodoxo (si es que alguna vez ha existido algo como la ortodoxia en el marxismo) que requirió de reformulaciones ante la contradicción con la más pura de las tablas veritativas, la historia; también cayó el socialismo real derrumbado con la caída de un simbólico muro que cubrió todo argumento pragmático a favor del comunismo… La izquierda no hizo examen de conciencia y tuvo que apelar a ejemplos menores que poco a poco les fue alejando de la doctrina marxista y fue mutándose en socialdemocracia contrita respecto de su pasado totalitarista.
Claro ejemplo de esto es el PSOE que elimino la ideología marxista de su credo en su 27º Congreso en 1979 de la mano de Felipe González. Sin embargo, la memoria, que es la inteligencia débil del hombre, suele pronto borrar lo que las sociedades han aprendido. Y prueba de ello es la asunción por parte del socialismo español de Cuba como uno de los últimos ídolos de una utopía que algún día abrazaron. Claro ejemplo de esto es la ostpolitik del ministro Moratinos que él llama de “mano tendida”. Durante los últimos años el gobierno con su política de entendimiento con el castrismo ha dado lugar a cierta rehabilitación internacional del régimen cubano. No importó las flagrantes infracciones de los Derechos Humanos o, si no se esta de acuerdo con estos, el ataque sistemático a la dignidad del ser humano. Simplemente, se mantuvo Cuba continuo siendo para la izquierda tanto política como intelectual el ejemplo de la utopía cumplida. Dios nos libre de estas utopías.
Poco le importaba a la progresía que el régimen cubano atacara aquello que ellos consideran derechos sociales, como la unión homosexual perseguida por el castrismo con pena de cárcel. Poco importaba también que no hubiera derechos civiles ni políticos, Cuba no era un país, era un ídolo.
Sin embargo, la presión internacional o, todavía mejor, el golpe de realismo que supone la muerte por inanición de un represaliado político parece que han espabilado a los líderes del Gobierno que, por fin, plantan algo de cara a la dictadura cubana. Esperemos que implique un gesto de madurez por parte de la izquierda cultural y política española. Los ídolos caen, si no quieren caer con ellos ya saben lo que tienen que hacer. Coherencia.
PD: Bochornoso lo de Moratinos diciendo que no se pronuncia acerca de una declaración contra el régimen cubano ya que le toca a otro miembro del gobierno que merece su, y cito textualmente, minuto de gloria,
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